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Técnicas mentales para multiplicar la obtención de nuevas ideas e incrementar la productividad.

 
Paul abrió los ojos y se revolvió un poco más entre las sábanas. Tenía en la mente una melodía de jazz. La había soñado, qué extraño, ¿sería suya? No le era familiar, pero tenía buena pinta. Por si acaso, se levantó aún adormecido y esbozó los acordes con un piano que había en el dormitorio. Bautizó la canción como “Huevos revueltos”. Luego la repitió una y otra vez mentalmente para asegurarse de poder reproducirla más adelante y bajó a desayunar.

Como no estaba seguro de haberla compuesto realmente él, preguntó a sus amigos si la habían escuchado alguna vez. En ese momento no lo podía ni imaginar, pero acababa de crear la que terminaría siendo la canción más versionada de todos los tiempos, según atestigua el libro Guinness de los récords. El título se cambió finalmente por “Yesterday”.


Esta pequeña historia ilustra cómo funciona nuestra mente y cómo las mejores ideas pueden abordarte en el momento más inesperado. Las musas son caprichosas… ¿o no?

La creatividad ha transformado la historia de la humanidad. Desde una perspectiva evolutiva, lo que diferencia al hombre de otros animales no es la capacidad para aprender del mundo, sino la posibilidad de imaginar otros mundos.

A lo mejor estás pensando que eso de la creatividad no es lo tuyo. Algunas personas son ciertamente más creativas que otras, pero todos poseemos esta habilidad en mayor o menor grado. El enfoque creativo no sólo se circunscribe a aspectos artísticos, sino que ayuda a enfrentar con éxito problemas cotidianos. Por ejemplo, Microsoft planteaba este ejercicio en sus cuestionarios de RR.HH. para medir la creatividad de los candidatos: “Explica por qué las tapas de las alcantarillas son redondas”. La solución, al final del artículo.

Desafortunadamente, no existen recetas infalibles para prender la mecha de la creatividad. Hay demasiadas variables en la ecuación y en el proceso intervienen diferentes áreas del cerebro de forma simultánea, por lo que es extraordinariamente complejo y difícil de estudiar. Sin embargo, hoy conocemos muchos detalles sobre nuestra mente que nos pueden facilitar enormemente la tarea. ¿Quieres saber cómo? Vamos allá.
 

Aprende

Empecemos por una obviedad: no puedes hacer una novela si no sabes escribir, ni tampoco puedes inventar un lenguaje de programación si no has utilizado un ordenador en tu vida. Por lo tanto, la formación es esencial para la creatividad, aunque no la garantice. Cuanto más sepas, más posibilidades tendrás de producir algo realmente innovador. Y recuerda que para romper las reglas, primero tienes que conocerlas.

Según el autor Malcolm Gladwell, el factor determinante para el éxito en cualquier área es practicar, practicar y practicar. Él lo denomina “la regla de las 10.000 horas”, que son las que ha estimado que tienes que trabajar para convertirte en un superclase en tu campo. Cuanto más estudia la ciencia las vidas de los genios, más se hace patente que su talento no procede tanto de un don innato, como del ensayo y la práctica constantes. Por cierto, los Beatles tocaban rock and roll durante ocho horas al día, todos los días, en tugurios de mala muerte de Hamburgo antes de asaltar la fama.
 

Relájate y diviértete

La rutina y el exceso de trabajo son enemigos de la creatividad. Además, el estrés intenso libera hormonas que llegan al cerebro, bloqueando la memoria (J. Ledoux, 2011). Mal rollito.

Al igual que en el ejemplo de la introducción, el estado mental más propicio es el de total relajación; como cuando te despiertas por la mañana (sin el despertador), mientras te das un baño de espuma o a través de la meditación. Según una encuesta financiada por Adobe, el 75% de los entrevistados declararon estar demasiado ocupados para ser creativos en sus puestos de trabajo. Muchas grandes empresas conocen bien este problema y ofrecen a sus empleados la posibilidad de jugar una partida de futbolín o de echarse una siestecita en un sillón de masaje en horas de trabajo, y es que las buenas ideas pueden valer millones. Ahora ya tienes unos buenos argumentos que presentarle a tu jefe en la próxima reunión interna. ¡Suerte!
 

Dibuja un mapa de ideas

Una vez que has conseguido el estado mental adecuado, traza una elipse en el centro de un folio en blanco con el nombre del problema en su interior y empieza a distribuir ramificaciones a partir de ahí en todas las direcciones, según se te vayan ocurriendo ideas y otras ideas derivadas de las anteriores, como en una estructura fractal. No te obligues a seguir una determinada bifurcación, dado que la mente no funciona así, y es posible que tengas que saltar constantemente de un concepto a otro muy distinto; ya desarrollarás los temas más adelante. Así te aseguras de que una idea súbita no se te va de la mente para siempre. Yo mismo he seguido este método antes de escribir el presente texto.
 

Cambia de hábitos regularmente

Cómprate un libro de cocina peruana, visita museos, ve al trabajo un día en bici, camina por el parque, queda a comer con un cliente, aprende un nuevo juego, visita otra ciudad, lleva siempre un bloc para apuntar nuevas ideas (la grabadora de tu móvil también vale)…todas estas actividades son estimulantes para el cerebro y harán florecer tu creatividad.
 

Inspírate

Paul McCartney escuchó de pequeño centenares de temas de jazz que su padre ponía en casa. Los Beatles eran una banda de rock, pero su amplia cultura musical logró que innovaran más que cualquier otro grupo de su época, añadiendo cellos, sitares, trompetas o cintas pasadas al revés. Frank Lloyd Wright se hizo famoso por diseñar estancias basadas en la disposición de las edificaciones de la cultura Maya. Las esculturas de los antiguos íberos inspiraron a Picasso su pintura cubista…la lista de ejemplos puede ser interminable.

Según un estudio que realizó Sam Gosling, de la universidad de Texas, la gente reconocida como muy creativa no tiene más libros que el resto, pero el rango de temas y estilos encontrados en sus bibliotecas resultó ser mucho más amplio que la media. Así que ya sabes, si vas a diseñar una página web, visita los sitios de los mejores diseñadores gráficos y disecciona sus métodos, y si quieres sobresalir del resto, estudia otras artes y mira al mundo con renovada curiosidad. Cultura über alles!
 

Conoce gente nueva

Experimentos conducidos separadamente por C. Nemeth & M. Ormiston y por HS. Choy & L. Thompson sugieren que la inclusión en un equipo de trabajo de, al menos, un miembro nuevo, intensifica el número de ideas producidas por el grupo. No tengas miedo a introducir una persona muy diferente en el departamento, ¡freaks al poder! Eso sí, si quieres mejores soluciones, haz que piensen primero por separado. Cuando un sujeto está integrado en un grupo, es más posible que se refugie en un segundo plano y aporte menos ideas que trabajando en solitario cuando él es el único responsable.
 

Cambia la perspectiva

Un método interesante para abordar un problema (R. Wiseman, 2009) consiste en tratar de imaginarse qué tipo de soluciones tomaría una tercera persona: un director de cine, un cómico, un editor o tu tía la de Miraflores. Asume ese rol por un momento y luego piensa en la decisión contraria. Al cambiar la perspectiva, abres el campo a nuevas ideas y conexiones que pueden resultar innovadoras. Otro procedimiento análogo consiste en aplicar la regla del “es como si…” (por ejemplo, diseñar un sitio web es como construir un edificio).
 

Pon el subconsciente a trabajar

Esta técnica es mi favorita. Apaga tu teléfono móvil y aíslate del mundo para concentrarte intensamente en el problema que quieres resolver. Cuando llegues a un punto en el que has previsto de forma racional todos los enfoques y no das más de sí, deja por completo la tarea y dedícate a otra actividad completamente diferente, como ir al cine, preparar la comida o jugar un partido de squash. Cuando vuelvas al trabajo, verás que las ideas fluyen con mucha más facilidad y se te ocurren enfoques no previstos con anterioridad. Esto sucede porque, aunque nuestro cerebro consciente ha estado ocupado en otros menesteres, nuestro subconsciente ha seguido trabajando en el problema en un segundo plano. Parece magia, pero funciona.
 

Piensa en verde

Vale, admito que esto suena raro, pero resulta que si decoras tu despacho con plantas, éstas te harán volverte más creativo, o al menos éste es el resultado de los experimentos llevados a cabo por los psicólogos japoneses S. Shibata y N. Suzuki. Pero esto no es todo, incluso si las paredes de tu estudio están pintadas de verde o si tienes un fondo de escritorio con fotos de naturaleza, consigues este mismo efecto. Las plantas nos producen una sensación de calma y esto, según parece, procede de la época en que una abundancia de vegetación significaba un abastecimiento seguro de alimentos, lo cual hace que la gente se vuelva más generosa, creativa y feliz.


 

Solución: si la tapa tiene una forma redondeada, no es necesario girarla para volver a ponerla en su sitio. La idea del test no era tanto dar con la respuesta correcta como comprobar el enfoque creativo del candidato.

 

Juan José Palacios Valdecantos

Consultor de Marketing independiente

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