> Manuales > Estrategias de negocio en Internet

Es algo que suena mucho últimamente, lo vimos en tecnoemprendedores, el blog de un buen amigo mio y compañero de aventuras en la red.

También he podido verlo y escucharlo (aunque menos, llevo audífonos), en algunos eventos de emprendedores.

¿Pero de verdad es tan fácil de montarte una empresilla tú mismo o con tu amigo de toda la vida invirtiendo en él una parte de tus ahorros, la ayuda de tus padres o amigos, o incluso algo que se está popularizando ya últimamente en España, un inversor de capital riesgo que apoye tu proyecto?

Yo creo que no, pero no es imposible y es mucho más fácil en la red que en el mundo físico. El otro día en el evento hablaban de la triste paradoja: Si le dices a tu padre, “papá, me he comprado un coche de 30.000 euros”. Tu padre lo más seguro es que se sienta orgulloso de ti. Pero si en cambio le dices, “pápa he invertido 10.000 euros en una página web”, entonces te tomará por loco e incluso podría llegar a pensar que te ha educado mal.

Simplemente la falta de conocimiento y la ignorancia de una gran parte de la sociedad en la que vivimos unido a los tan comunes prejuicios y al miedo a no defraudar que se vive en nuestro país, hacen que a veces montar algo decentillo sea tarea imposible.

Pero que es que no es sólo esto, hay muchos más problemas, como la formación, la administración pública, la falta de tiempo libre, y es que todos hemos empezado en esto en nuestros ratos de ocio. Y miles de cosas más contribuyen a que muchas veces emprender se convierta en una utopía.

No olvidemos lo anterior, ya lo deberíamos de tener sabido de carrerilla, entonces nos centraremos de lo que realmente es importante, tenemos una idea que va a cambiar el mundo pero… ¿sabremos ponerla bien en marcha?

La idea es lo que menos cuenta una vez que hayamos empezado nuestro proyecto, hay que tenerlo muy claro según mi tocayo Agustín Cuenca. Sí, es cierto, lo asumimos y ¿qué hacemos? A mi modo de ver lo siguiente:

Si tienes suficiente dinero o no lo necesitas (en Internet no es necesario a veces tener un capital para tener éxito), sáltate este paso. Lo más lógico sería buscar una fuente de financiación, no vamos a hablar de cuáles, pero un préstamo, tus ahorros o un inversor pueden ser la solución.

El siguiente paso es asumir que podemos perder el dinero, por lo que invierte siempre lo que puedas asumir perder ya que luego si tenemos nuestra segunda idea de mejorar un poquito el mundo, no se vaya a quedar ésta en el tintero. Entonces nos ponemos a desarrollar el proyecto y creamos una pequeña compañía. Una vez terminado éste y lo queramos sacar al mercado debemos preocuparnos de la gestión de la empresa, para ello contratamos los servicios de una gestoría que nos lleve todos los papeleos.

Luego, cuando vemos que nuestro proyecto tiene un cierto empuje, estamos seguros de que vamos a vivir de esto, necesitamos una infraestructura, cuántas veces se ha hablado del tema de la escabilidad, también es muy importante haber elegido una buena tecnología para desarrollar nuestro proyecto una vez llegado este paso y para que no muramos (que palabra más fea) del éxito. Necesitamos servidores, a ser posible en distintos centros de datos ante una eventual pérdida de datos o avería de un servidor, también puede ser útil si nuestro producto es de ámbito global.

Con todo ya montado ya, con nuestro gran equipo de trabajo y si tenemos suerte con nuestras cuentas corrientes llenándose, lo único que nos queda es disfrutar por un periodo corto de tiempo de nuestro éxito. Entonces el paso final es volver a empezar en otro proyecto, lo único es que ya tenemos la gran ventaja de tener capital propio y es que un buen emprendedor nunca se cansa de emprender.

Agustín Vivancos

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